La madrugada del 13 de mayo irrumpían en nuestras casas y en el espacio anarquista La Emboscada -tres semanas después de su inaguración- una unidad de antidisturbios junto con el grupo 21 de la Brigada Provincial de Información de Madrid, dedicado excusivamente al espionaje y cacería de anarquistas.
Nos informaron que traían una orden de registro y de detención para dos de nosotras bajo la acusación de terrorismo.
Durante el registro, que duró aproximadamente 6 horas, compañerxs de todo Madrid se acercaron a mostrar su apoyo.
Mientras tanto, la policía parecía especialmente interesada en llevarse ropa: abrigos de colores y negros, bufandas de colores concretos, fulares, pañuelos de flores, calzado específico; también les interesaban las agendas, calendarios, algunos cuadernos, algunas anotaciones, notas entre las páginas de los libros, ordenadores, discos duros, tarjetas de memoria, usb, móviles, cámaras fotográficas y de vídeo, CDs y DVD, herramientas de construcción y, en especial, martillos; así como pegatinas, parches y camisetas de la marca M.A.L.P.; carteles y propaganda en relación a la contracumbre del G20 2017.
Durante la investigación, que lleva en curso desde marzo de 2017, han intervenido correos electrónicos, correos ordiarios, teléfonos móviles, tablets, whatsapp, icloud, dropbox y comunicaciones en general. Por ahora no tenemos más información, ya que la investigación continúa bajo secreto de sumario.
Estuvimos 32 horas detenidas y, aunque hubo momentos en los que la situación era confusa y no parecía favorable, cualquier tristeza o temor se volvió insignificante cuando salimos y vimos el apoyo y la solidaridad que recibimos por parte de nuestrxs compas y amigxs.
Porque aunque el Estado venga a por nosotras, las ideas y prácticas que persiguen son incontenibles y se multiplican en cada gesto de solidaridad. Y aunque no sabemos de que se nos acusa, tenemos muy claro lo que somos y por qué se nos persigue: y no nos arrepentimos ni nos arrepentiremos nunca de ser anarquistas.
La represión ha estado siempre al acecho de las que luchan pero a lo largo de nuestras vidas nos ha dado fuerzas y aliento saber que había anarquistas en todo el mundo y gente que compartía nuestra afinidad y, vivir esto en primera persona y encontrar tanta gente, ha sido muy bonito y significativo para nosotras.
Ninguna anarquista estará sola mientras queden compas que sigan luchando.
Un abrazo a Embers, detenido el 1º de Mayo en París y que sigue en prisión junto con otras tantas. Y a todas las demás presas anarquistas y presas en lucha, que no olvidamos.