Estamos encantadxs de compartir la información que nos ha llegado. La lucha contra las salas de apuestas ha llegado a estas tierras, esperamos que para quedarse.
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El domingo 1 de Marzo, mientras miles de personas estaban en la calle por el desfile de carrozas de carnaval, unas cuantas salimos a agitar y difundir contra las salas de apuestas, preparadas para desinfectar los barrios de esa plaga y generar anticuerpos y resistencia.
En Ciudad Real, como en miles de localidades de todo el estado, la plaga llegó e intenta seguir expandiénose. Sigue las pautas que en el resto de sitios: cerca de barrios humildes, de institutos, el uso de una publicidad agresiva… Pero también se está aprovechando de la normalización que en general, teníamos de las apuestas, que están por todas partes: en forma de una máquina de juego por bar como poco, quinielas, loterías, bingos o apuestas online, por poner algunos ejemplos.
Hemos crecido con una estimulación constante a «jugar» (menudo uso repugnante del término) y las salas de apuestas son un paso más en la estrategia de las empresas y del sistema capitalista para obtener más beneficios, aumentando encima alienación y dependencia, una ecuación perfecta para ellos. Lo hacen concentrando en un lugar muchas más máquinas y tipos de apuestas, juntando bares y casinos para así poder «estar allí por estar», o quitando luz natural para que pierdas la noción del tiempo. Van a los barrios humildes, en los que la precariedad arrasa, ofreciendo dinero fácil, incluso «gratis». Son escoria.
Pero es que además están sirviendo para revivir algo que parecía ya condenado: las carreras de galgas y caballos (seguro que más especies animales son explotadas de esta manera). Contra este tipo de explotación animal se luchó durante décadas y ahora, a través de apuestas hechas desde cualquier lado del mundo, canódromos e hipódromos vuelven a ser rentables y por tanto miles de animales no humanos convertidos en objetos, a los que forzar hasta literalemente romperlos.
Repartimos cientos de panfletos, colgamos una pancarta y gritamos por todo el centro de la ciudad a pleno pulmón y con megáfono consignas contra las salas de apuestas.
Esto no ha hecho más que empezar.
Fuera de aquí y de todos lados.