NOTA DE PRENSA
11 de marzo de 2019
Carmen Badía tiene 62 años y ha sido diagnosticada de tres cánceres, denuncia desatención médica y aislamiento en el centro penitenciario de Zuera
Hoy ha iniciado una huelga de hambre como última medida para lograr su excarcelación por enfermedad grave, recogida en la Instrucción 6/2018 de Instituciones Penitenciaras
El Colectivo de apoyo a mujeres presas en Aragón (CAMPA), el Grupo de suport a presxs de Lleida y Lxs del Norte (Palencia) también solicitan a Instituciones Penitenciarias la excarcelación de Carmen Badía por motivos humanitarios
Zaragoza, 11 de marzo de 2019.- Carmen Badia Lachos, quien lleva 14 años presa y se encuentra actualmente en el Centro Penitenciario de Zuera, ha comenzado una huelga de hambre indefinida este lunes, 11 de marzo de 2019. Su reivindicación es la petición de su excarcelación por enfermedad grave recogida en la Instrucción 6/2018 de Instituciones Penitenciaras. La reciente Instrucción, que derogaba la anterior de 2017, interpreta los conceptos de “peligro patente para la vida” y “enfermedad grave e incurable” de forma restrictiva asociándolos a enfermedad terminal.
Carmen Badía es una presa enferma de 62 años, que ha sido diagnosticada de tres cánceres y a la que le han realizado diversas intervenciones quirúrgicas que han hecho que se encuentre en un estado de salud cada vez más preocupante dada su edad. En la última visita nos hizo saber que en febrero de este año le hicieron una analítica, después de pasar 9 meses sin ningún tipo de revisión en el hospital, acorde a su situación de salud.
Actualmente, se encuentra interna en el Módulo de Enfermería, un espacio donde no residen mujeres, por lo que esto supone que vive prácticamente en un régimen de aislamiento estando clasificada en segundo grado. No realiza ninguna actividad durante el día y su única salida de la celda son los domingos para acudir a misa. Por lo tanto, existe una dejación absoluta de carácter tratamental puesto que todas las personas presas tienen que tener un Programa Individualizado de Tratamiento (PIT) donde se les asignan actividades.
Además de la desatención médica y del aislamiento que sufre, le han retirado los apoyos sanitarios (otras mujeres presas que cumplen ese cometido) que la ayudaban a hacer las tareas cotidianas más básicas dado que, ante su frágil estado de salud, tiene que hacer uso de una silla de ruedas para moverse dentro de prisión, sin que las instalaciones estén adecuadamente adaptadas a ello.
Por este abandono, desatención y aislamiento que sufre, quiere hacer público el siguiente comunicado donde expresa su situación y los motivos para dar comienzo a una huelga de hambre:
«Hola compañeros/as:
Soy Carmen Badía. Hace tiempo que no os escribía, como tampoco me llegan vuestras cartas (algunas certificadas), no entiendo lo que ocurre con el correo, aunque era de esperar.
Estoy esperando al Notario y tampoco viene. Estoy esperando resolución a mi petición de permiso y tampoco me la dan. Estoy harta, hartísima de todo y todos.
Este será mi último comunicado. No pienso luchar más, total ¿para qué? Nada cambia ni cambiará. Los inocentes vamos a la cárcel y los culpables viven de puta madre con el apoyo de quienes deberían impartir justicia. JUSTICIA que en este país de pandereta no existe. Juzgan y condenan a los inocentes y caso resuelto. Si esto lo están leyendo personas de alma noble y buenos sentimientos a ellos me dirijo: no os fieis de las noticias ni de lo que os digan. Sed vosotras/os mismos y creed lo que veáis y, aún, así, hacedlo con cautela. No es oro todo lo que reluce, ni verdad todo lo que que se ve.
Un año en Zuera y todo igual. Sola en el módulo de enfermería, encerrada las 24 horas, día y noche. Me encuentro mal, hay días pésimos, ya no sé de qué quejarme, pues es todo el cuerpo, me duele todo sin excepción. Pero sobre todo el riñón izquierdo, es continuo el dolor, los pinchazos y el malestar me impiden dormir del dolor que parezco y ni los calmantes más fuertes consiguen hacer efecto. Sé que están fallando los riñones desde la quimioterapia no funcionan, y si a eso le añado el corazón que palpita aceleradamente y la medicación que no surte efecto. Además, el riñón izquierdo está trasplantado por error del Hospital de Tarrasa, donde llevan a los presos de Brians 1 en Cataluña, eso da fe del trato que se nos da a los presos y presas que necesitamos atención médica.
Escucho hoy la información de las pruebas que se hacen a los presos en un centro penitenciario de Andalucía (en los penales de Huelva y Córdoba). En el periódico se explica como en ambas cárceles prueban la estimulación con electrodos para calmar a presos como parte de un experimento. Ello demuestra lo poco que les importamos, nos tratan como cobayas humanas, de eso les servimos a Instituciones Penitenciarias: para hacer pruebas con nosotros. Sin comentarios, la noticia lo dice todo y habla por sí misma.
Se me olvidan las cosas más básicas, cada día noto la pérdida de memoria y eso me preocupa muchísimo. Si teniendo plenas capacidades lo pasas mal, con pérdida de memoria no quiero ni imaginármelo.
Por todo ello ahora que aún puedo, os doy las gracias a todas/os los que habéis estado a mi lado estos largos años de injusticia y, sobre todo, desde que me detectaron este maléfico cáncer que hace que no levante cabeza, no os podéis ni imaginar lo que es tener esta enfermedad estando privada de libertad, sin los cuidados más básicos y con las carencias, no tan solo alimentarias, sino las más necesarias: las afectivas.
De nuevo gtracias a todas/os y os deseo de todo corazón mucha suerte, y que la tengáis para que a estos que se supone que deben defender a los débiles, no se les crucen los cables y, por odio, venganza o rencor, vayan a por vosotras/os.
Miles de besos, un fuerte abrazo solidario y todos mis mejores deseos para que no os veáis NUNCA, perseguidas/os por la justicia.
Con todo mi cariño, vuestra madre, hija, compañera, amiga. Un millón de gracias por todo y no os rindáis NUNCA.
Carmen Badía.
P.D. Pensad en Nelson Mandela, yo lo hago a veces, 30 años encarcelado, 30 años, toda una vida. Yo llevo 14 años, 14 años defendiendo mi inocencia y aquí estoy esperando. Esperando. Mandela, al menos, estuvo por sus convicciones y por defender los derechos de Sudáfrica, pero yo ¿qué hago aquí? Decídmelo vosotros porque yo no encuentro respuesta.»
Durante todo este año en la prisión de Zuera (igual que ya lo hizo en las prisiones donde estuvo antes), Carmen no ha parado de luchar por su dignidad y su libertad.
Desde C.A.M.P.A. (Colectivo de apoyo a presas de Aragón), el Grup de Suport a Presxs de Lleida y Lxs del Norte (Palencia) denunciamos que esta situación no es un hecho aislado sino una de las muchas situaciones intolerables que ocurren en todas las prisiones y regímenes penitenciarios del Estado Español. Porque las prisiones no obedecen a políticas de reinserción o reeducación, sino a mecanismos organizados que siguen lógicas de destrucción, de castigo, de miedo y, en último término, de muerte.
Permitir este tipo de situaciones y, en general, el funcionamiento del sistema penitenciario es mantener el orden establecido y el desequilibrio social y económico que selecciona cruelmente qué vidas valen la pena y cuáles no. Al mismo tiempo que pone en marcha todo un entramado institucional y social que castiga y excluye a aquellos/as que quieren subvertir este orden a través de la teoría y la acción que utilizan
Por todos estos motivos, C.A.M.P.A., el Grup de Suport a Presxs de Lleida y Lxs del Norte (Palencia) pedimos a Instituciones Penitenciarias la excarcelación de Carmen Badía Lachos por motivos humanitarios.
Por C.A.M.P.A Colectivo de Apoyo a Mujeres Presas de Aragón.