Publicación: Contra el G5.

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Publicación: «Contra el 5G». Recopilación de textos contra la red 5G.
Análisis y críticas internacionales.

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Madrid cuarentena city nº2

2º de «Madrid Cuarentena City», mediados de abril, publicación por la
guerra social en tiempos de estado de alarma.

En este número podéis encontrar:

-Todo va a ir bien.
-Trabajo, producción y consumo. La rueda de la explotación continúa.
-Crónica de la guerra social en estado de alarma.
-La solidaridad como arma.
-La ciudad: caldo de cultivo para enfermedades y control social
-De aquellos fangos estos lodos.
-Llamamiento a extender la okupación: «Okupa la cuarentena»

 

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[Madrid] cuarentena city: nueva publicación anarquista.

Compartimos con todxs el primer artículo a modo de introducción de esta nueva publicación gestada en tiempos de cuarentena y por la guerra social.

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Sale a la luz el primer número de una nueva publicación anarquista en
Madrid, en tiempos de Estado de Alarma, por la extensión de la guerra
social.

Contenido:

-Hacia aguas desconocidas
-Que vuelvan las huelasgas. Que proliferen las okupaciones. Que lleguen los saqueos
-Sobre el ataque a nuestros lazos
-Crónica de motines, fugas y sucesos en las cárceles y CIES a causa de la crisis del coronavirus
-¿Volver a dónde? ¿Volver a qué?

Hacia aguas desconocidas

Llevamos más de una semana en estado de emergencia. La capacidad destructiva del virus no es algo ya cuestionable. Pero nos gustaría hacer unos apuntes sobre sus consecuencias no clínicas y sobres sus orígenes.
Si el COVID-19 surgió por un murciélago o por un intento estadounidense, que se ha ido de las manos, de deshabilitar la economía china, nos parece poco relevante ahora. Este virus, como otros anteriores en la historia que masacraron poblaciones enteras en la Amazonía, Mesoamérica,
África y Oceanía, es un fenómeno biológico. Pero el contexto donde nace, la forma en que se propaga y la gestión de este son cuestiones sociales.
Este virus es el resultado de un sistema que mercantiliza cada proceso, objeto, relación o ser vivo en la tierra. Extendido rápidamente por la macroconcentración de mano de obra y corpus consumista de las ciudades, que se alimenta de la agroindustria y la ganadería intensiva. Un flujo constante de bienes humanos (5.000 millones de personas vuelan anualmente alrededor del planeta) a velocidades frenéticas, reflejados en 200 caracteres y 5000 likes.
Es precisamente este empeño en artificializar todo, hasta nuestras
emociones, basando todo en el beneficio, viendo el mundo a través de una pantalla, dejando que nuestra mente sea colonizada por la “eficacia”, lo que nos ha llevado a una pérdida paulatina de lo “humano”, de lo “vivo”.
Facilitando que medidas tan extremas, en las que solo hay dos motivos para salir de casa (trabajar y consumir) hayan entrado de una manera no exageradamente traumática. A la vez que se nos plantea como vía de escape las mismas dinámicas tecnófilas que nos han conducido al desastre. Si a esto le añadimos el miedo, el gobierno del miedo, terminamos perdiendo el norte y reinterpretando conceptos como el de responsabilidad o solidaridad.

Serás tildadx de irresponsable, por ejemplo, si no te sometes al arresto domiciliario voluntario. Menuda perversión del significado, que no es otro, en realidad, que el abrazo entre el corazón y la cabeza, entre el análisis, la decisión y la acción. Con ese grito de “inconsciente”, como poco, que recibirás desde la ventana si vas, por ejemplo, de la mano con tu compañerx por la calle, se te está gritando, en realidad, “¡obedece la norma!”. De la misma manera sucede con las llamadas a la solidaridad que son traducidas por servidumbre voluntaria colectiva cuando se convierten en un acrítico #yomequedoencasa.

¿Qué pasa con las cientos de personas que se acumulan en Atocha y y Chamartín entre 6.30 y 8.30 de la mañana? ¿Por qué no se han paralizado las obras de construcción de edificios en una ciudad que tiene un excedente desorbitado de viviendas? ¿Las personas hacinadas en IFEMA no son personas? ¿Es desquiciante estar una semana encerrada? ¿y pasar 5, 10, 15, 30 años y que ahora no puedas recibir ni una visita, ni un vis a vis y en muchos casos las llamadas y el correo absolutamente restringido? Por citar solo algunos hirientes ejemplos.

Para las personas que no tienen hogar ya no es posible una anónima
supervivencia, ya no pueden pasar desapercibidas cuando la jungla de
cristal se ha convertido en un desierto de hormigón. Son, más si cabe
que antes, personas prohibidas. Que en el mejor de los casos serán
pastoreadas hacia rediles como IFEMA. También se ha desatado la, ya de por sí exacerbada, impunidad policial contra lxs otrxs prohibidxs, lxs que no pueden acreditar mediante escritos burocráticos que son personas con “plenos derechos”, o que sus rasgos o color de piel inducen a los torturadores uniformados a pensar que no. (La prensa mayoritaria acredita numerosos casos de agresiones policiales en Lavapiés, Centro y otras ciudades). Porque una pandemia sigue siendo una cuestión de clase, de privilegio, de muertes no tan aleatorias.

No se nos ha otorgado el poder del augurio como a Casandra, pero sí, en cambio, la maldición de Apolo. Es decir, no tenemos la certeza de que estos pronósticos se cumplan (aunque hay evidencias inequívocas de hacia donde apunta el poder y muestras, ya fehacientes, de este tipo de medidas), sin embargo, nos tememos que difícilmente seremos escuchadxs.
Creemos que todas estas medidas de control se volverán permanentes, como ya ocurrió con las leyes antiterroristas tras el 11S, o recurrentes; que no nos extrañe que en el futuro seamos nuevamente llamadxs al confinamiento en circunstancias como tempestades, huracanes y todo tipo de crisis climáticas, que por seguro llegarán, o nuevas y viejas epidemias que volverán a llamar a nuestra puerta. Rastreo de movimiento por teléfono, controles biométricos y de temperatura, limitaciones de movimiento en función de estos… son una realidad ya y han venido para quedarse. A esto habría que sumar la precarización generalizada de la vida que vendrá a medio plazo, la socialización de la pobreza…

Llegados a este punto queremos compartir la idea de que el presente, o el pasado más bien, el mundo tal y como lo conocemos: basado en la dominación, con sus estructuras perpetuadoras de miseria, su ortodoxia, su afán liberticida… no nos vale. Y de ninguna manera queremos volver a él.

Empecemos a intentarlo. Teniendo en cuenta que hay gente que no nos gustaría infectar, rompamos el aislamiento. Actuemos, si es necesario, a nivel individual. En esta realidad incluso golpeando a ciegas es muy fácil acertar. Comuniquémonos, hablemos, circulemos información y seamos críticxs, forcemos los toques de queda, mapeemos el control (dónde y cuándo se patrulla, que espacios han quedado vetados, dónde habiendo abastecimiento…). Fomentemos las huelgas y el cierre de empresas. No queremos una gestión de la crisis. Queremos experimentar, chocar, luchar, conflictuar…
Esforcémonos por incidir en un presente aunque cuando levantemos la vista no veamos el horizonte. Quizá precisamente aquí se encuentre la clave, dejemos atrás verdades, convicciones y seguridades, naveguemos con pasión por la aventura hacia aguas desconocidas, hacia amaneceres de libertad y revuelta.

 

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MADRID CUARENTENA DEFINITVO.cleaned

 

[Publicación]» No intentéis pararnos, explotaremos…»

Lxs compas de La Rebelión de las Palabras se han currado la traducción y maquetación del texto «No intentéis Rompernos, Explotaremos… La cumbre del G20 en 2017 y la batalla de Hamburgo. Un análisis y recuento completo»

El texto orgininal es del colectivo anarquista asentanto en los EUA CrimenthINC, presentes allá esos días y que por lo tanto pudieron recopilar de primera mano la información para su posteior análisis.

El texto y la introducción de lxs compas editorxs:

Aunque ha pasado más de un año desde la cumbre del G20 en Hamburgo y las grandes movilizaciones que se dieron en respuesta, creemos que faltaba una edición en castellano de este escrito. La intención es tanto ponerla a disposición de quienes tengan interés en leerla y en conocer un poco más a fondo una valoración, análisis y resumen de lo que fueron aquellos días, como recordar a todes que hay personas que siguen encausadas por su participación o presunta participación en aquellas protestas, y que en el Estado Español, compañeros de Palencia y Madrid tendrán pronto el juicio donde les piden varios años de cárcel y el pago de enormes cantidades de dinero.

Por eso, al traducir y publicar este material no solo queremos recordar que ocurrió, que durante varios días, la férrea seguridad desplegada por el Estado alemán para blindar la cumbre fue totalmente desbordada y humillada, logrando suspender el control y la maquinaria represiva en momentos en los que precisamente el gobierno de Merkel y la Unión Europea pretendían demostrar con mayor dureza la supuesta inexpugnabilidad de su mundo; también queremos animar a continuar extendiendo la solidaridad y el ataque.

Os dejamos la introducción que redactamos para la edición en castellano y los enlaces para descargar.

Solidaridad con todes les encausades. ¡Nada ha terminado!

Para descargar o leer online:

 

Durante los días 5, 6 y 7 del mes de julio del año 2017, los líderes de la política y de la economía de este mundo se reunieron para una nueva cumbre del G20 en la que continuar articulando sus dictados de explotación y miseria. El escenario que escogieron fue Hamburgo, desafiando al fuerte movimiento popular de aquella ciudad que en los últimos años fue escenario de numerosos conflictos sociales. La respuesta fueron 3 días de manifestaciones masivas y miles de acciones descentralizadas por parte de activistas llegadas desde toda Europa y de más allá. Bloqueos de infraestructura, actos de desobediencia civil, sabotajes y enfrentamientos con la policía, que perdió por completo el control de la situación, destrozaron la imagen de una paz social triste, devolviendo al terreno de lo concreto, de lo posible, lo que en otros momentos no pasa de ser simple teoría.

Como era de esperar, la represión desatada tanto durante los días de la cumbre como en las semanas y meses posteriores fue enorme y a un año y medio desde la revuelta de Hamburgo nos encontramos con un saldo represivo de grandes dimensiones gracias a la cooperación internacional entre cuerpos policiales. Registros y allanamientos en viviendas particulares, espacios okupados y centros sociales en Alemania, Italia, Francia, Suiza o aquí, en el Estado Español, detenciones, encarcelamientos, causas abiertas. Algunas de esas personas represaliadas ya están en prisión, otras se encuentran en la calle tras haber pasado un tiempo encerradas y la mayoría esperan en “libertad” a que llegue el juicio. Nosotras queremos mostrar nuestra solidaridad con ellas, y por eso hemos decidido traducir y maquetar el texto que en su momento publicó el colectivo CrimethINC. haciendo un recuento y un interesante análisis sobre lo que sucedió en aquellos días, con la intención de reactivar la memoria sobre aquellas movilizaciones y de animar a estar atentas a las actualizaciones en la situación de las compañeras encausadas.

Lo que se vivió en Hamburgo durante la cumbre del G20 puede verse como una simple explosión de rabia frente a un contexto muy concreto y que fue posible solo gracias a la confluencia de una gran cantidad de luchadoras fruto del llamado a ese evento en particular y que por lo tanto no tuvo o va a tener unas repercusiones reales sobre el escenario en general al que se enfrentan nuestras respectivas proyectualidades en el plano del día a día, pero nosotras preferimos verlo como el resultado de un gran trabajo previo de organización y preparación y de toda la campaña previa que rodeó a la convocatoria y valorar el esfuerzo que hay tras la labor de miles de compañeras para sostener la contracumbre y el volumen de necesidades de alimento, acogida y cuidados de quienes acudieron pero sobre todo, queremos verlo como una posibilidad, la posibilidad de suspender el control del Estado y de la mercancía sobre nuestras vidas, de liberar nuestro aliento y nuestros latidos de la frenética taquicardia a la que nos somete este mundo con sus valores, sus obligaciones, sus premios, sus castigos, sus deberes, sus normas, sus leyes, y de encontrarnos en la calle para mucho más que para romper escaparates, incendiar coches de lujo o atacar a quienes protegen a los amos, encontrarnos para hablar, para mirarnos a los ojos y poner en común estrategias, inquietudes, tácticas o deseos, y para llevar a cabo lo que por separado jamás podremos hacer. Pero para que tal cosa pueda llegar a convertirse en algo corriente y no solo en el espectáculo fijado por las agendas de nuestros enemigos, es necesario plantearnos nuestros propios compromisos y avanzar en la creación de redes y estructuras con las que poner en jaque al orden existente una y otra vez.