A ninguna de mis conocidas le han okupado un piso. De hecho, ninguna de mis conocidas puede permitirse el lujo de tener un piso en desuso. Tampoco conozco a nadie que se haya ido de puente y al volver a casa, se haya encontrado a gente viviendo en ella, como afirmaba la alcaldesa. Evidentemente mi círculo más próximo no es una muestra representativa pero también, da la casualidad, que desde hace años, pertenezco a uno de los grupo de vivienda que hay en casi cada barrio de Madrid, así que sobre okupación algo puedo contar. Al menos algo más que nuestra clase política y que el periodista de turno. Como hemos visto en un artículo de El País, en el que ni se molesta en hablar con una persona que se encuentre okupando, o con uno de los colectivos que defienden abiertamente esta herramienta, sino que directamente vincula dicha realidad con las mafias, sin aportar ni siquiera un argumento, y enuncia una serie de consejos para llevar a cabo un rápido desalojo.
Pero empecemos primero con mi experiencia, y luego pasamos a repasar los datos de una investigación realizada en Catalunya por la Obra Social BCN, llamada “Informe sobre okupación de vivienda vacía”, sobre una muestra de casi 700 viviendas okupadas.
En mi grupo de vivienda, han venido familias con una orden inminente de desalojo, familias que acaban de entrar en un piso y querían negociar un alquiler social, personas a punto de ser desahuciadas que habían asumido que no tenían otro camino para no verse en la calle, y otras tantas realidades. Por ello, se han peleado desalojos para evitar su ejecución, se ha hablado con bancos e instituciones públicas propietarias, y se han abierto puertas, todo ello siempre en colectivo, no somos una ONG ni nada parecido. Y tengo que añadir que en más de 6 años, podría contar con las manos los casos en los que el propietario de la vivienda era un particular, porque la gente de mi barrio, y de tantos otros de la periferia, no acumula pisos vacíos. Cuando compra uno, con el gran esfuerzo que conlleva, suele ser, por ejemplo, para un hijo, para alquilarlo, etc., pero nunca para tenerlo cerrado. Realmente los que hemos visto son situaciones donde el banco vendía la vivienda okupada a un pequeño propietario, lo cual plantea una serie de interrogantes, pues el comprador se está beneficiando de un suculento descuento, siendo consciente en todos momentos de la situación, por lo que, nuestra empatía y esfuerzo no deja de estar con las personas que se encuentran dentro, asegurando primero su derecho a la vivienda, antes que el interés particular del propietario, que podría haber optado por una vivienda vacía.
Pero no nos desviemos, las personas que andan en la cuerda floja de la precariedad habitacional, son las primeras conscientes de que un procedimiento judicial va más rápido si estamos ante un propietario particular, por ello, aunque sea de forma pragmática, se suele optar por viviendas de fondos buitre, bancos e instituciones públicas, además de que si, aunque no lo compruebes en el registro de la propiedad, entras en la primera que veas, lo más seguro es que sea de ellos, porque son quienes, como decíamos antes, se pueden permitir disponer de pisos acumulando polvo.
Por todo esto, el primer mantra que suelen repetir quienes intentan hacer campaña contra las okupas, es mentira. No son particulares los más afectados por la okupación. Nuestras propias experiencias y los datos de los estudios que hay sobre el tema lo confirman, pero da igual, seguirán erre que erre.
El segundo suele ser el papel predominante de las mafias en la okupación. Evidentemente hay personas que obtienen un beneficio económico a cambio de abrir una puerta, pero de ahí a llamarlo mafia hay un paso, pues suelen ser personas que ni con esta labor escapan de una situación de precariedad económica. Comparar a las auténticas mafias, con sus vínculos políticos, sus operaciones de blanqueo, tráfico y especulación de millones de euros, sus regueros de muertos, etc., con pequeñas redes de personas con ciertos conocimientos de cerrajería, viene a ser como compararme con Messi porque metí un gol en un pachanga con colegas. Del todo es ETA dentro de la disidencia política, al todo es Mafia fuera de los márgenes económicos.
De hecho, donde ha habido prácticas más abusivas por parte de grupos algo más organizados, han sido en zonas donde había un gran parque de vivienda sin habitar, pero aun así, defendemos que el foco debe estar sobre quien permite que haya tres urbanizaciones enteras vacías, con el gran problema de vivienda que hay.
También ha rebrotado en los medios de comunicación el tema de los narcopisos. No cuestionamos el problema que supone dicha realidad para la convivencia de un barrio, pero criticamos el interesado vínculo que se intenta establecer con la okupación.
En España, hay 3,5 millones de viviendas vacías, de las cuales, según los datos que ofreció el impresentable de Casado, no estarían okupadas ni el 3% de esas viviendas, y de esas, ¿cuántas serán narcopisos? Legislar en base a una realidad mínima, implica arrasar con toda otra serie de situaciones. Además, de que ni el problema de la droga en los barrios se acabará con penas más duras para quien de una patada a una puerta, ni se puede hablar de escasez de herramientas policiales y judiciales para afrontar dicha realidad. Si no quieren narcopisos, la solución es muy sencilla, no dejen pisos vacíos en nuestros edificios.
Realmente nos encontramos ante una extraña situación, la okupación de viviendas no es una realidad que nos perjudique como clase, no dudamos que alguna persona se ha podido ver afectada, pero son tan escasos los ejemplos, que nos cuesta entender, cómo puede cuajar este discurso. De hecho, dudamos que lo consigan extender de una forma muy amplia, pero hay que estar en alerta por la nocividad intrínseca de dicha campaña que señala al que está más abajo para que el que se encuentra un pelín por encima, se lancé contra él.
La situación de la vivienda es alarmante: nula presencia de vivienda pública, subidas sin control de los alquileres, conversión de edificios enteros en alojamientos turísticos, entrada masiva de fondos de inversión, un conglomerado legislativo que nos deja indefensas, etc. Pero esta campaña antiokupas, orquestada principalmente por Ciudadanos, a la que rápidamente se ha sumado el PP, en esta lucha sin fin que mantienen por controlar el tablero de la derecha, no tiene otra intención que desviar el foco, responsabilizando a las más pobres, salvando el culo de inmobiliarias, fondos buitre, sector turístico, bancos, etc. La guerra contra el pobre en su enésima versión.
Ahora pasemos al estudio del que hablábamos con anterioridad. Estos son algunos de los datos registrados: el 82% de las viviendas ocupadas pertenecen a un gran tenedor (bancos, fondos buitre o especuladores). Tan solo el 13% pagaron a alguien para entrar en esa vivienda, el 52% se apoyó en familiares, amigos o colectivos políticos, y el restante, lo hicieron ellas solas. El 60% lleva menos de dos años okupando a lo largo de su vida, reflejo de la actual situación económica y habitacional. El 75% asegura que okupa por carencia de ingresos. Un 37% ingresa menos de 400 euros o no tiene ingresos. El 59% había solicitado vivienda social antes de okupar.
Es decir, la imagen que intenta proyectar la miserable de Villacís, candidata de Ciudadanos, y propietaria de seis viviendas, una de ellas de casi 700 m2, la cual no declaró como debería haber hecho al acceder a su puesto de concejala, es parte de una estrategia consciente que les permite no señalar a los grandes culpables de la situación de la vivienda.
Por ello, defendamos con orgullo la okupación. Como una herramienta política que devuelve al común un bien como la vivienda, imprescindible para la vida, pero convertida en un bien especulativo, al servicio del interés lucrativo de bancos, inmobiliarias y fondos buitre.
Texto de Todo por Hacer, publicación anarquista mensual.